Mosaku y Minokichi eran un padre y un hijo, el padre era viudo ya que
su mujer había muerto años
atrás, salían todos los inviernos a cazar y vender las pieles conseguidas.
Un día salieron a cazar, horas más tardes ellos sin haber encontrado
nada para cazar empezó una gran ventisca helada, ellos decidieron entrar en una
cabaña cercana para resguardarse la noche allí, al llegar encendieron el fuego
y se tumbaron en los sillones a hablar.
Minosaku, el padre, le dijo al hijo, Minokichi; que él ya era muy viejo
y que debería buscarse ya una esposa, pero antes de poder terminar se fijó que
Minokichi ya estaba dormido, entonces se durmió también.
Más tarde Minokichi se
despertó por el sonido de una ventisca rebotar contra la cabaña, el fuego
estaba apagado y decidió salir a por leña cuando encontró una mujer de pie
junto a la puerta que estaba completamente pálida y congelada, esta entro
dentro y le soplo un aire tan congelado a Mosaku que aun dormía que nunca más
despertó.
La mujer se acercó al muchacho y dijo que no se lo contara a nadie y se
esfumo.
Muchos años más tardes un día de tormenta una mujer pego en la casa de
Mosaku, el abrió y tras hablar la dejo pasar la noche allí, con el paso de la
noche se enamoró de ella y años más tarde se casaron, tuvieron hijos y cierto
día mientras Yuki (la mujer) estaba zurciendo un kimono el le dijo que parecía
no envejecer, al rato le contó que le recordaba a aquella mujer de las nieves, cuando
de repente ella se levantó y se transformó, gritándole que le prometió no
decírselo a nadie.
Quiso matarle, pero lo dejo vivo para cuidar de sus hijos por lo que se fue y no volvió
Esta obra fue escrita en 1984 por Amparo Takahashi una mujer Japonesa y profesora de español durante unos años, esta historia la escribió desde Filipinas.